Seguridad en tarjetas de crédito.
Puede ser que, durante el reporte o incluso antes, el ladrón haya dispuesto de nuestra tarjeta para hacer compras. Pudo haber sido en algún establecimiento o para hacer un retiro directamente del cajero automático. Estas situaciones también son objeto de aviso a la institución bancaria, aunque el proceso de ambas suele ser más largo.
El retiro de dinero en un cajero automático con una tarjeta ajena es una situación muy complicada, pues se necesitan 4 dígitos. El ladrón debe conocer el número, cosa muy complicada al tener una posibilidad de 1 entre 10 mil de acertar por azar. Entonces, el banco investiga los hábitos de uso de la tarjeta. Se enfoca en si la víctima del robo tenía el número secreto junto al monedero o cartera o pegado a la tarjeta. En caso de ser así, la institución bancaria no se hace responsable del dinero perdido.
Si se han realizado compras con la tarjeta extraviada, el banco abrirá una investigación. Esto puede demorarse bastante tiempo, en lo que se comprueban todas las situaciones alrededor del caso. Generalmente, esto consiste en solicitar al establecimiento el documento con la firma del comprador. Este es un paso necesario para realizar cualquier adquisición con tarjeta de crédito o débito. En el momento que se demuestre que la firma no es la del titular de la tarjeta, el caso estará resuelto. Por lo tanto, el establecimiento deberá reponer el dinero que ha sido gastado. Las tarjetas con chip reducen el problema, pues además de la firma es necesario conocer el NIP del plástico.